La geografía del tráfico de drogas sigue cambiando en México.
Cuatro organizaciones criminales se disputan la Zona Norte de Quintana Roo.
Staff/ BBC Mundo
En los últimos años, prácticamente desaparecieron algunos de los carteles considerados en su momento como de mayor riesgo para el país.
Otros, de reciente creación, aumentaron su presencia incluso en zonas históricamente controladas por organizaciones más antiguas.
Al menos uno se fragmentó, otro fue diezmado por la persecución militar y dos más perdieron la guerra contra sus rivales.
Así, el escenario ahora es distinto al de 2006, cuando el ex presidente Felipe Calderón declaró la guerra al narcotráfico.
Pero lo que no cambia es la violencia, que en lo que va de 2017 recuperó los niveles de los años más complicados de la lucha contra los carteles.
En mayo pasado, por ejemplo, se registraron 2.186 homicidios violentos de acuerdo con el Sistema Nacional de Seguridad Pública (SNSP).
Es el mes de mayor violencia desde 1997, cuando empezó el registro de crímenes en el país.
En los 11 años que dura la guerra contra el narcotráfico han muerto más de 188.000 personas, según datos oficiales.
El nuevo protagonista: Cartel Jalisco Nueva Generación
El caso más notable es el del Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que según las autoridades registra el mayor crecimiento de todas las organizaciones de narcotráfico.
El grupo era parte del Cartel de Sinaloa, el más antiguo de México, y estaba bajo las órdenes de uno de sus fundadores, Ignacio Coronel «El Nacho».
Cuando en 2010 el capo es abatido por la Marina, la banda se independizó y en pocos años extendió su presencia en México.
Actualmente el CJNG opera en Nayarit, Colima y Michoacán, en el occidente del país, así como en la región de Mexicali, Baja California, en el noroeste.
También mantiene presencia en el Estado de México, Querétaro y una parte de San Luis Potosí, en la región central, así como en Veracruz, en el sureste, y las regiones costeras de Guerrero y Oaxaca, al sur.
Pero su bastión central es Jalisco, territorio que arrebató a su antiguo socio, la organización de Sinaloa, considerada por autoridades mexicanas y estadunidenses como la más poderosa del continente.
Para el grupo el estado en el oeste del país es emblemático: allí viven las familias de sus principales líderes, y durante décadas ha sido una de sus principales zonas de operación financiera.
¿Cómo perdió su histórico bastión? Por dos razones centrales, dicen especialistas como Alberto Islas, de la consultora Risk Evaluation:
El CJNG tiene una eficiente estructura financiera y militar… Y su rival se debilitó tras la captura y extradición de Joaquín Guzmán Loera, «El Chapo», a quien dentro de su organización le llamaban también «El General».
El peso de la extradición: el Cartel de Sinaloa y de Tijuana
El Cartel de Sinaloa, también conocido como “La Federación”, perdió algunas zonas importantes pero también extendió su territorio.
Y lo consiguió tras derrotar a organizaciones rivales con una intensa guerra que causó la muerte a miles de personas.
Así ocurrió con Chihuahua, en el norte del país, que era controlado por el Cartel de Juárez.
La organización ahora sólo tiene presencia en algunas regiones montañosas del estado, y en la fronteriza Ciudad Juárez, donde nació.
Es el mismo caso del Cartel de Tijuana, de los hermanos Arellano Félix, quienes perdieron el control de la península de Baja California. Ahora el grupo sólo controla la ciudad fronteriza de Tijuana.
“La Federación” también se extendió a Yucatán, en el sureste, donde anteriormente operaban Los Zetas.
Otro perdedor de la guerra es el cartel de los hermanos Beltrán Leyva, que perdieron el bastión de Sonora, en el noroeste del país.
Ahora su presencia se reduce a la capital del estado, Hermosillo, la región costera cercana a la población y una parte de las montañas de Sinaloa.
En esa región, una de las más productivas de heroína y marihuana del país, los Beltrán Leyva mantienen una intensa batalla contra la familia de Guzmán Loera.
Los perdedores
Pero el mapa del narcotráfico también cambió por el combate de las autoridades.
Con operaciones militares capturó o abatió a los fundadores del cartel de Los Zetas, uno de los más violentos de México y Centroamérica.
El grupo perdió casi todo su territorio, que comprendía los estados costeros del Golfo de México y la península de Yucatán.
Ahora opera en una parte de Coahuila y Tamaulipas, en el noreste, pero en éste se enfrenta con su antiguo aliado, el Cartel del Golfo.
Los Zetas mantienen operaciones en Campeche y Tabasco, en el sureste, y controlan además Cancún, Quintana Roo, el principal destino turístico del país.
El caso donde más se nota la operación gubernamental es el de La Familia Michoacana y su sucesor, Los Caballeros Templarios.
La organización mantenía el control del tráfico de drogas, la extracción de minerales y la venta de cítricos y aguacate en Michoacán.
Ahora prácticamente desapareció, tras el combate de grupos de autodefensas promovidos por el gobierno federal y operaciones de inteligencia militar.
Sus fundadores como Nazario Moreno González, «El Más Loco» o Servando Gómez, «La Tuta», fueron abatidos o capturados.
El territorio que controlaban es ocupado ahora por el Cartel Jalisco Nueva Generación.
Quintana Roo tierra prometida
Las autoridades de Quintana Roo han identificado al menos a cuatro organizaciones criminales en el estado.
Zetas, Cartel Del Golfo, Cartel de Sinaloa y al Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG), esta última organización ha sido la que busca apoderarse de Cancún y Playa del Carmen.
Con la detención de Rafael S. R. (a) “El Dóver”, hijo de “Doña Lety”, jefa de la plaza en Cancún del grupo criminal Cártel de Sinaloa, dicha organización se ha debilitado ya que se ha sometido ante los ataques del (CJNG).
Los ríos de sangre continúan en el estado del sur de México, que hasta el cierre de este artículo registra más de 100 asesinatos entre los municipios de Benito Juárez y Solidaridad en tan solo siete meses del presente año.