Aumentar impuestos a tabacos y refrescos generaría $25 mil millones, la mitad de lo anunciado para reconstruir el país.
La OMS recomienda que en el caso de los cigarrillos el arancel debe ser 75% del precio de venta
Staff El Peninsular
Aumentar los impuestos al consumo de tabaco y refrescos a los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) generaría ingresos al erario por 25 mil millones de pesos al año. El monto representa más de la mitad de lo que el gobierno federal ha estimado se requiere para la reconstrucción y reparación de daños a causa de los sismos. Al mismo tiempo, el país avanzaría en las acciones para desalentar el consumo de estos productos y mejorar las condiciones de salud de la población, afirmaron la Fundación Interamericana del Corazón (FIC) y El Poder del Consumidor.
Las agrupaciones no gubernamentales realizaron un análisis del impacto que tendría en las finanzas públicas una medida fiscal de este tipo, la cual podría formar parte de las adecuaciones que tendrían que hacer los legisladores en la discusión sobre la Ley de Ingresos y el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018, a fin de poder atender las necesidades de reconstrucción en varios estados de la República.
De acuerdo con las previsiones que ha hecho el gobierno federal, el costo de los daños en viviendas, escuelas y edificios públicos, asciende a cerca de 40 mil millones de pesos. Es un dinero que no se tiene, pero deberá provenir del presupuesto y este será aprobado por los legisladores.
Respecto del impuesto al consumo de tabaco, la FIC recordó que el gravamen es una de las mejores alternativas para disminuir el consumo e incluso para evitar que los jóvenes empiecen a fumar. La OMS ha señalado que la contribución debería representar, por lo menos, 75 por ciento del precio de venta final de los productos del tabaco.
En México, dicho impuesto equivale a 67 por ciento y se ha mantenido sin cambios durante los pasados cinco años. De atender la recomendación de la OMS, la recaudación aumentaría 10 mil millones de pesos anuales y el consumo bajaría a la tercera parte, explicó Erick Antonio Ochoa, director de Iniciativas en Salud Pública de la FIC.
En tanto, sobre el impuesto que se cobra a las bebidas azucaradas, Alejandro Calvillo, director de El Poder del Consumidor, recordó que organismos nacionales e internacionales recomiendan que debe ser de 20 por ciento, pero en México es la mitad (10 por ciento) y equivale a un peso por litro de bebida.
Investigadores del Instituto Nacional de Salud Pública y de instituciones del extranjero han demostrado que estos productos aportan 70 por ciento del azúcar añadido que consumen los mexicanos. Este es uno de los principales factores que explican la elevada prevalencia de sobrepeso y obesidad en el país: 70 por ciento de los adultos y 30 por ciento de niños y adolescentes.
De igual forma, se ha demostrado que el impuesto sobre estos productos contribuye a disminuir el consumo y subirlo a 20 por ciento generaría ingresos adicionales por 16 mil millones de pesos. Además del aspecto económico, indicó Calvillo, el gobierno y los legisladores estarían en la ruta de atender la emergencia epidemiológica por obesidad y diabetes declarada en noviembre de 2016.