Discriminación y sexismo en la caricatura del Tren Maya
Redacción
Desde que se volvió figura pública, hace más de dos décadas, Andrés Manuel López Obrador ha mostrado ser una persona misógina. Recuerdo el primer debate, para candidato a Jefe de Gobierno, cuando a Tere Vale la desdeñó groseramente y le dio valor de esposa de un secretario de Estado.
Años después, descalificó a la diputada Ruth Zavaleta, diciendo “que el secretario de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, ‘le agarra la pierna a todo el que se deje, políticamente hablando’”; la presidenta de la Cámara de Diputados, Ruth Zavaleta, quien el lunes se reunió con el funcionario federal, respondió molesta: “me extraña este tipo de comentarios de un político que consideré podía dar un salto a ser un estadista y que con sus comentarios, pues se rebaja a ser, pues un busca pleitos de taberna”.
Y así, hay decenas de ejemplos de su machismo soterrado.
Ahora, mientras lanza una espuria consulta, pone en circulación un anuncio para promover el Tren Maya (te), donde los personajes son hombres, blancos y barbados, estilizados (incluso él, que se molesta tanto que lo retraten con la edad que tiene).
Las mujeres que aparecen son estereotipadas, pareciera sacados de un mitin de la clase media folclórica y no de la zona maya; el colmo es que el hombre que utiliza el tren, trae un sombrero norteño que nada tiene que ver con el sombrero de esa región. Creo que no fisgonearon bien el tema.
AMLO confirma que su gira por el país, pagada por nosotros, los contribuyentes, durante 18 años, no sirvió más que para atragantarse de mole, pero no para conocer el país pues hasta ahora se dio cuenta de la violencia y de que es necesario continuar con su militarización.