Zona de riesgo
Staff El Peninsular
Tras la ineptitud de las autoridades y la falta de policías en la zona del Crucero (Cancún) un humilde trabajador fue asaltado y apuñalado a plena luz del día en concurrida zona, tras lo sucedido se confirma que el “Crucero” es uno de los puntos más peligrosos de la ciudad, pese a lo cual la vigilancia policial brilla por su ausencia y ni siquiera se reforzó tras el cruento hecho, que enlutó a una familia de la región 266.
Los mismos comerciantes que trabajan en la zona aseguran que los robos son cosa de todos los días y por más que se reporta la necesidad de contar con vigilancia de Seguridad Pública las 24 horas, la realidad es que las patrullas sólo se aparecen de manera esporádica y en raras ocasiones llevan a cabo recorridos por las calles interiores de la Supermanzana 66 y aledañas, pese a ser los puntos en donde se generan más hechos delictivos, que afectan por igual a transeúntes y microempresarios.
Asaltos a transeúntes, robo a negocios, estafadores de alpaca y un sinfín de vivales, son los dueños de dicha zona que derivado de la falta de patrullajes efectivos que propician una total impunidad; la autoridades han permitido que, al paso de los años, en este punto neurálgico se genere un verdadero caos, reforzado por los choferes de transporte urbano, quienes sin empacho alguno hacen sitio en los paraderos y permanecen por infinitos minutos, afectando severamente a los usuarios e incluso el tránsito vehicular.
Representantes del sector comercial, que se mostraron sorprendidos e indignados por el asesinato de Emilio L.M., coincidieron en señalar que por lo general los robos y asaltos se perpetran en las calles de las supermanzanas aledañas, principalmente las 63, 64, 65, 66, 75 y 76, aunque no queda exentos los transeúntes que caminan en pleno Crucero.
“A diario asaltan o golpean a alguien en la glorieta, muchas veces a plena luz del día, otras en las madrugadas, pero esto que pasó, que delante de tanta gente dos sujetos apuñalen a una persona y puedan marcharse con toda tranquilidad, eso es ya increíble, no puede ser que la patrulla tardase más de 15 minutos en llegar cuando supuestamente hay vigilancia en la zona, ni qué decir de la ambulancia, también demoró bastante y luego el trayecto hasta el hospital… tal vez si no lo hubieran cambiado de sitio el muchacho se habría salvado”, fue el comentario de un comerciante, que obviamente solicitó el anonimato.
Los patrullajes se llevan a cabo de vez en cuando, según confirmaron microempresarios de distintos giros, aunque por lo general las unidades se limitan a pasear sobre las avenidas López Portillo y Tulum, pero sin adentrarse en las calles de las supermanzanas aledañas, que a su criterio son las más peligrosas.
Juan Carlos R., propietario de un local sobre la avenida López Portillo comentó que “el mayor problema que hay es la prostitución y todo lo que la actividad genera, la Supermanzana 66 está llena de casas de citas, las mujeres se plantan en la calle a plena luz del día sin que nadie las moleste y en las noches se junta mucho malandro por allá, se convirtió en una zona de tolerancia donde viven decenas de familias honestas que no tienen más remedio que convivir con el degenere y la delincuencia”.
Agregó que los robos a comercios y asaltos a transeúntes no han disminuido y advirtió que es un peligro caminar por la prolongación de la avenida Tulum pasadas las diez de la noche, en virtud de que a esas horas se vuelve una calle solitaria en la que los maleantes aprovechan para atracar a los desprevenidos peatones que no tienen más remedio que caminar por la zona.
“Lo que sí preocupa y bastante es que antes los asaltos eran ya en la noche y madrugada mientras que ahora ya a cualquier hora del día, la prueba la tenemos con el joven que perdió la vida tras ser apuñalado, es indignante que esto pueda suceder pero más indignante que no haya policía, ni siquiera tuvieron la decencia de reforzar la vigilancia, aunque sea para taparle el ojo al macho, he observado dos patrullas de la Federal estacionadas cerca, pero no parece que estén trabajando, más bien creo que se detuvieron a comprar algo”.