Penta Zero Miedo: el arte detrás de la elaboración de su máscara

El grito ensordecedor de “¡Cero! ¡Miedo!” es, a partir de enero, un fenómeno cultural que oficialmente llegó al escenario más grande de la lucha libre.
Penta Zero Miedo, el luchador mexicano del momento, llegó a la WWE este año con una presentación espectacular. Y con él, el tórnico look del oriundo de Ecatepec, México, llevó una nueva estética de lucha libre mexicana a los Estados Unidos y a nivel global.
En la página oficial de la tienda de WWE, todo tipo de mercancía de Penta voló desde el día uno, agotándose en varias ocasiones. En particular, la máscara, misma que ahora se ve en cada evento en el que se presenta el mexicano. El producto que aparece para el consumo masivo es una réplica, basada en el trabajo de un socio de Penta que tiene casi 20 años trabajando hombro a hombro con él.
Se trata de Roberto “Nemuco” Rivero, el encargado de diseñar cada una de las máscaras con la que se presenta Penta a sus luchas. Incluso ahora, mientras Penta pueda brillar en eventos con sede en Las Vegas o Riad, el trabajo de Rivero, quien al igual que Penta, nació y creció en Ecatepec, es el que adorna la cara del luchador cada vez.
Para la lucha libre mexicana, la figura del mascareno –el oficio del “Nemuco” Rivero– tiene hasta cierto punto, una dualidad natural: es mundialmente conocido su trabajo, pero el artesano mismo vive casi totalmente en el anonimato.
Penta Zero Miedo con la máscara en color verde elaborada para Wrestlemania 41. Getty Images
Crear una máscara, un proceso artesanal
La familia de “Nemuco” se dedica desde hace décadas a la confección de ropa. Cuando Rivero tenía apenas doce años, recibió un castigo que resultó ser profético. Por faltar a la escuela, su madre le pidió confeccionar ropa a su lado, esperando que la disciplina de hacerlo lo inspirara a volver a la escuela para evitar el trabajo manual.
Pero tuvo el efecto contrario. Rivero se enamoró de trabajar en el mundo de la moda, y cuando vio que su padre recibió una petición especial de hacer una máscara de lucha libre, fue toda la inspiración necesaria para encontrar su camino en la vida.
Aunque continuó en la escuela, “Nemuco” siempre encontraba la manera de colarse al taller de sus padres y de trabajar cada vez más piezas de ropa con las que afinaba la técnica. Cuando terminó sus estudios, el camino de vida era claro: la aguja y la tela serían su manera de ganarse la vida. Y específicamente, dentro de la lucha libre.
“Me dice (mi padre), no te metas en problemas, no te metas en esto, es muy difícil”, recuerda Rivero, en entrevista para ESPN. “Le pregunté si no la pudo hacer, me dijo que sí, pero no le gustó. Pues a mí me va a gustar, le dije, y hasta la fecha”, continuó.