Asesinan agricultores a miles de abejas
Fumigan con productos tóxicos
Millones de pesos en pérdidas por la muerte de 300 colmenas de abeja, de 18 apicultores en el ejido Candelaria
Redacción
Más de 300 colmenas de abeja, de 18 apicultores en el ejido Candelaria, en el municipio de José María Morelos, resultaron afectadas tras la aplicación de un químico, altamente tóxico, en la fumigación y siembra de chile habanero, provocando la mortandad abejas en un diámetro de cuatro kilómetros.
Wilson Ayala Mex, uno de los apicultores afectados reveló que “se trata de una tragedia, es la muerte más numerosa de que se tenga memoria en la historia de los pobladores del Ejido Candelaria”.
En un comunicado, explicó que se afectaron 335 colmena, cada una tiene capacidad para brindar abrigo a 50 mil abejas y, su muerte, representa un golpe económico devastador, pues los volúmenes de miel para la cosecha más cercana, entre octubre y noviembre de este año, se han perdido y, con ello, los ingresos de familias mayas que viven de la producción mielera.
Los daños
Según un cálculo preliminar elaborado por el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible – Península de Yucatán (Ccmss-py), las pérdidas por las abejas, la cera y la miel, se estiman en un promedio de dos millones 300 mil pesos.
El Ccmss-py, junto con jóvenes de los ejidos de Candelaria I y II, echaron a andar la iniciativa “Desarrollo Inclusivo de la Apicultura en José María Morelos”, el cual inició con 28 colmenas que subieron a 30 en el primer semestre de 2018 para, posteriormente, ser evaluado y calificado como exitoso, de acuerdo con María del Carmen Sánchez, asistente técnico de la iniciativa.
“Un día después de la visita, empleados de un empresario originario de Yucatán, identificado como Pablo Mendoza, hicieron una fumigación en un terreno para una plantación de chile habanero y utilizaron un químico llamado Regenet 4SC, cuyo efecto abarcó cuatro kilómetros y mató a miles de abejas de los apicultores”, narró.
Los daños aún siguen cuantificándose, pero de manera preliminar, el Consejo Civil contabilizó -con ayuda de los apicultores afectados- entre 331 y 335 colmenas de abejas Apis melífera impactadas, sin poder determinar la afectación a las abejas silvestres, importantes polinizadores de la selva.
Wilson Ayala señaló que desde el miércoles ocho de agosto, algunos apicultores detectaron un comportamiento “inusual” en las abejas, que fue traduciéndose en una mortandad masiva en los días subsecuentes.
El viernes fueron a revisar otros apiarios, en donde encontraron el suelo tapizado de abejas muertas.
Culpable e inocente
“También se habló con el dueño del terreno, que al principio tuvo resistencias y se negaba a dar crédito de lo que pasó. Estaba muy renuente, hasta que él mismo vio. Se quedó impactado”, expresó.
Los empleados del empresario de Yucatán dieron el nombre del químico usado para la fumigación. Se trata de fipronil, un químico comercializado bajo la marca Regenet 4SC, altamente tóxico para las abejas. Este compuesto está clasificado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un plaguicida de Clase II.
Sin embargo, al ver la magnitud de lo sucedido, modificaron su versión inicial y aseguraron que se usó un químico orgánico.
Ignorancia
Los apicultores intentaron presentar una denuncia ante el Ministerio Público, en José María Morelos, pero la autoridad -inicialmente- les negó ese derecho, bajo dos argumentos.
Uno de ellos que la institución carece de competencia para intervenir en la muerte de animales; otro, que la muerte de abejas no es un delito.
“Luego también nos dijeron que como el dueño fumigó en su terreno, pues que no hay delito”, agregó Wilson.
El argumento es inexacto, toda vez que el Código Penal de Quintana Roo, posee un capítulo que versa sobre los Delitos en Materia de Apicultura y, en su artículo 147, fracción II, indica que incurren en ese delito, los que “destruyan colmenas, miel, abejas, panales y productos apícolas”.
Finalmente, cuatro días después, la denuncia fue admitida. La autoridad ministerial tendrá que enviar personal a la zona impactada para recabar evidencias. Además, el viernes, uno de los jóvenes apicultores acudirá al ministerio público para programar la fecha en que se ampliarán las declaraciones.